¿Quién soy?

Mi nombre es Tamara, tengo 29 años y soy una mujer despierta. ¿Qué quiero decir con eso? Que soy consciente de quién soy, de mi valor, de lo que puedo lograr y, sobre todo, de que puedo elegir qué pensamientos albergar en mi mente.

Veo mi vida a través de los ojos del amor. He aprendido a amarme, a reconocer mis creencias más profundas—esas que antes me limitaban—y a transformar mi diálogo interno en algo más compasivo. Ya no me juzgo, sino que me observo, me perdono y descubro el origen de cada creencia que me condiciona.

En este espacio, te compartiré mi amor por la vida, pero también mi “lado B”, ese en el que a veces no quiero saber nada de nadie. Y te diré algo con total honestidad: la única persona responsable de lo que te sucede eres tú misma(o).

Tengo un don: puedo leer a las personas y comprender, desde la raíz, qué emoción las llevó a donde están—ya sea la dependencia emocional, las adicciones o el simple hecho de sentirse desconectadas de todo.

También quiero saber si hay más personas como yo, que a veces se sienten “extraterrestres”, almas que vinieron a la Tierra con la misión de mostrar el amor verdadero. ¿Dónde están las almas de otras galaxias?

Este blog es un portal para ti, que estás leyendo esto. Te contaré mi experiencia sin prejuicios, con una emoción tan grande en el corazón que ni siquiera logro dimensionarla. Porque esta vez me doy cuenta de que sí puedo, aunque me invada la ansiedad de escribir rápido y me descubra borrando palabras una y otra vez para corregirlas.

¿Por qué nos cuesta tomar acción?

A veces nuestra mente nos dice: “Haz esto, te traerá beneficios”, y lo pensamos, nos entusiasmamos… pero no lo hacemos. ¿Te ha pasado?

Descubrí que estamos llenos de programas inconscientes que nos condicionan a actuar de cierta manera, y muchas veces esos programas nos impiden hacer lo que realmente nos haría bien.

¿La solución? Crear un nuevo programa que reemplace el viejo. ¿Cómo? Repitiéndolo, escuchándolo, hablándolo, viviéndolo.

Por ejemplo, si digo: “Mañana me levantaré a las 8 a hacer yoga porque me hace bien”, una de dos cosas puede pasar:

  1. Lo repito tantas veces que mi mente lo cree y se convierte en un hábito.
  2. Me quedo en la cama y me invento excusas… hasta que, tarde o temprano, mi mente lo capta.

Este es mi espacio para compartir lo que he aprendido, para conectar contigo y para descubrir juntos cómo reprogramarnos para vivir la vida que realmente queremos.

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